domingo, 22 de febrero de 2015

Chichones y manos de trapo

Siempre he creído tener una forma muy particular de entender la vida que es quizás la que me ha traído aquí, la que siempre me ha hecho sentirme diferente de la mayoría, distinta de "lo normal". De niña fui siempre muy tranquila y me pasaba horas literalmente "en mi mundo", hasta el punto de ir caminando por la calle y chocarme con farolas o señales de tráfico, mientras se oía la voz de fondo de mis padres diciendo "Rocío, hija, ¿otra vez?". Sí, quizás era un poco torpe, lo reconozco, aunque mi teoría es que en realidad necesitaba gafas y hasta que las tuve no podía calcular bien la distancia real entre mi frente y el poste, así que al final ambos decidían establecer una relación íntima entre ellos al tiempo que me provocaban un agudo dolorcito y consecuente llanto.


Mi familia siempre decía que "tenía pies y manos de trapo", y por esta razón me chocaba con farolas o se me caían las cosas de las manos. Durante mucho tiempo me lo creí, pero con los años he desarrollado una visión diferente: no me interesaba aferrarme a nada y por eso todo se me caía de las manos, porque mientras el mundo se empeñaba en darme una etiqueta, yo quería observar a mi alrededor y disfrutar de todo cuanto descubría. Hablaba poco, opinaba menos, y era extremadamente sensible, pero en mi interior yo era fuerte y tenía mucho que decir. Tardé años en lanzarme y expresar, y hasta que eso ocurrió, me dediqué a ser lo que era, a cumplir con mis obligaciones como hija, como hermana, como estudiante... Aunque no era capaz de decir "esta boca es mía", en mi mundo interior me forjaba una opinión, un pensamiento, una idea, o una conclusión. Así que en esa independencia de mi interior que analizaba mi día a día de un modo muy secreto, me fui haciendo mayor. Hasta que por fin llegó el día en el que abrí la puerta de mi alacena y decidí vencer ese mutismo que me caracterizaba. Empecé a hablar, y vaya si hablé...

Este blog no es más que parte del proceso de expresión de mi interior, porque siempre ocurre algo que me hace parar y pensar en ello con detenimiento, sin dejar que pase al olvido como un momento más de nuestras vidas. A veces me faltan incluso palabras para poder describir lo que esa sensación me provoca, a veces me cuesta compartirlo con alguien porque temo a pecar por exceso de análisis y volver a sentirme diferente. En cualquier caso no tengo ni idea de lo que voy a escribir aquí exactamente, porque igual hablo de una de las miles de historias de mis viajes que tanto adoro hacer, o de un libro, una canción, una película, un cuadro, un amigo, alguien que he conocido, o la farola con la que me he tropezado en el camino. Me gusta analizar las cosas y filosofar sobre la vida, y creo que eso es lo que pretendo a través de lo que escribo, que por otro lado siempre he querido hacer, ya que  antes de la era de internet ya plasmaba mis ideas y pensamientos en diarios y cuadernos.


Así que alcen sus copas porque hoy quiero hacer un brindis por los chichones, que me enseñaron a  volver a levantarme para seguir contemplando el mundo recabando información que desde hoy quiero plasmar en este blog. A ver si no se me cae la copa de las manos...Chin Chin! 



Os dejo con una canción que habla un poco del proceso de cambio que he experimentado en mi vida y del que hablaba más arriba:


Foto: http://www.luxelivingforum.com/how-to-treat-minor-kid-injuries/

3 comentarios:

José Enrique dijo...

Muy guapo, interesante redacción, y mejor idea, que se alinea mucho con tu personalidad.

Te animo a seguir con ello y no desfallecer pues estas empresas muchas veces no es tan difícil decidirse a hacerlo como mantenerlo.

Un besote fuerte

J

Ro dijo...

Gracias Jakito!!! Tu apoyo es esencial!
:)
Tq++++

Myriam dijo...

Cariño!! He alucinado al leer que al principio no hablabas nada? Yo debí entrar en tu vida justo en el momento del cambio, porque es que ni te imagino cortada! :))))
Ya sabes que te animo mucho en este mundo bloguero. Te sigo, tanto en el blog como en la vida! Un beso enorme Ro, y a seguir!!!